Comentario | Laut RAE:
don2. (Del lat. domĭnus, señor).
1. m. Tratamiento de respeto, hoy muy generalizado, que se antepone a los nombres masculinos de pila. Antiguamente estaba reservado a determinadas personas de elevado rango social.
Laut der offiziellen Webseite des Europäischen Parlaments:
1. Evítese el tratamiento Sr./Sra. en contextos narrativos, así como en portadas de informes y opiniones, resoluciones y documentos de trabajo, páginas reglamentarias, peticiones, actas de comisiones, delegaciones y grupos políticos, órdenes del día y programas de audiencias. 2. Utilícese el tratamiento Sr./Sra. cuando se desconozca o no se mencione el nombre de pila, en actas de la Mesa, de la CPG y de los Cuestores, en el acta literal (CRE) y en las cartas. 3. La fórmula Sr./Sra. + nombre + apellidos es incorrecta en el castellano de España. El tratamiento preceptivo en tales casos es D./D.ª.
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la norma culta española, según se refleja en los ejemplos del Manual de documentos administrativos del MAP y recogen los libros de estilo de los principales medios de comunicación españoles (8), exige don/doña para la combinación de nombre + apellidos, independientemente de la nacionalidad de sus titulares. El siguiente texto del BOE ofrece un ejemplo bien elocuente:
REAL DECRETO 422/1999, de 5 de marzo, por el que se concede la Gran Cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco, al Teniente General Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra de la República Federal de Alemania, don Helmut Willmann.
Si, no obstante, se desean evitar frases como:
a la atención de don/D. Pat Cox,
las alternativas serán, o bien prescindir del nombre de pila:
a la atención del señor/Sr. Cox,
o bien sustituirlo por su inicial:
a la atención del señor/Sr. P. Cox, (9)
porque «a la atención del Sr. Pat Cox» es incorrecto, por mucho que aparezca en documentos de la UE. En resumen, la fórmula tradicional de cortesía en castellano de España, tanto en lenguaje hablado como escrito, ha sido y es el tratamiento con "D./Dª.". Por influencia anglosajona, esta bella fórmula está cayendo en desuso, y es bien cierto que hoy casi todo el mundo empieza sus escritos con "Sr. XY", copia de sus homólogos "Mr./Herr XY", pero no menos cierto que es absolutamente correcta y por descontado utilizable. Incluso para muchos, entre los que me incluyo, preferible al frío y despersonalizado "Sr. Apellido".
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